Aunque todavía esté comprendido entre las razas terrier y, por tanto, de caza, el Silky terrier se ha convertido prácticamente en un perro de compañía debido a sus reducidas dimensiones, a la calidad y belleza de su capa y a que se adapta perfectamente a vivir en un piso de ciudad. Tiene un carácter muy vivaz, atento y activo, y cuando tiene la ocasión, muestra que todavía es un buen cazador de ratones y pequeños roedores.